sábado, 12 de julio de 2008

HABLEMOS DE LA CASTIDAD


HABLEMOS DE LA CASTIDAD
Del libro "PARA SALVARTE"
de RP Loring
Recopilado por Pavlusha Luyando

El valor del hombre se mide por el carácter y la fuerza de la voluntad; pero no por el Instinto sexual, como los sementales de una ganadería. El célebre doctor español, Gregorio Marañón, especialista en estas cuestiones, habla de “La necesidad de decir a los jóvenes, y de que sean los médicos y no los curas los que se lo digan, que la castidad no sólo no es perjudicial, sino un ahorro de la vitalidad futura; y que la condición de hombre no se mide por el garbo con que se ejecuta el acto sexual.
Por el contrario, si hay una virtud específica de esa condición de hombre, es la virtud de la renunciación”.
El autodominio, la fuerza de voluntad, el saber dominarse, es lo característico del hombre. “Un hombre que se sabe dominar puede gobernar y gobernarse”, de ellos deriva la importancia de la castidad, pues al poder dominarla ese dominio se transmite automáticamente a su personalidad

Hace falta mucha mas virilidad para vencer el instinto que para dejarse llevar de él. El espíritu de lucha es masculino; el dejarse llevar es propio de la mujer. Por eso la castidad en el hombre es exponente de virilidad. En cambio el mujeriego, dice Marañón, es un feminoide.

Dice el doctor D. Juan José López Ibor: “Después de 30 años de experiencia médica, te diré que no conozco ningún caso de neurosis cuya causa sea la represión sexual”.
“Mi opinión personal fruto de larga experiencia es que de una continencia libremente aceptada ninguna consecuencia dañosa pueden tener los jóvenes. El deporte y un intenso ejercicio físico son los mejores derivativos” Profesor A. Assamann
En el Segundo Congreso General de la Conferencia Internacional de Profilaxis Sanitaria. Los ciento dos miembros médicos especializados en esta materia, llegados de todo el mundo, votaron unánimemente la siguiente declaración: “Debemos, sobre todo, enseñar a la juventud masculina que la castidad y la continencia no Sólo no son perjudiciales, sino que estas virtudes son los más recomendables desde el punto de vista puramente médico”.

En el hombre que guarda castidad, las hormonas de esas secreciones glandulares son reabsorbidas por el organismo, para el cual son altamente beneficiosas. Y cuando el organismo no las necesita, salen al exterior, de una manera natural y fisiológica, libremente, en las poluciones nocturnas producidas durante sueños. la castidad es fácil de guardar, si se apoya en la gracia de los sacramentos de la confesión y comunión.
El Sacramento de la Confesión, además de ser un remedio curativo, es un medio preventivo. La confesión es una Psicoterapia en vivo, que otorga quietud al cuerpo y al espíritu. La Comunión da fuerza y luz para obrar con eficacia.

Lo que es Imposible es querer ser puro de cuerpo sin serlo también de corazón y de pensamiento. Si no vigilas tu imaginación y tus pensamientos, es Imposible que guardes castidad. El apetito sexual es sobre todo psíquico. Si no se arrancan las raíces de la Imaginación, es Imposible contener las consecuencias en la carne. Por eso es necesario saber dominar la imaginación y los deseos. El apetito sexual aumenta según la atención que se le presta. Como los perros que ladran cuando se les mira y se callan si no se les hace caso.
La pureza no puede guardarse sin la mortificación de los sentidos. Quien no quiere renunciar a los incentivos de la sensual vida moderna, que exaltan el libertinaje (programas de TV, algún tipo de Música de Radio, es natural que sea víctima de tentaciones perturbadoras, y que la caída sea Inevitable. La pureza no se puede guardar a medias. Con nuestras solas fuerzas tampoco; pero con el auxilio de Dios, sí. Quien - con la ayuda de Dios - se decida a luchar con todas sus fuerzas, vence seguro. No es que muera la inclinación, sino que será gobernada por las riendas de la razón.

“La castidad es el gran éxito de los jóvenes antes del matrimonio. Es, además, la mejor forma de comprender y sobre todo de valorar el amor. No es una negación de la sexualidad, sino la mejor de las preparaciones para la vida conyugal. Porque es un entrenamiento en la generosidad, en el deber y en el dominio de si mismo, cualidades tan importantes para el ejercicio de la sexualidad humana.
En los jóvenes, la castidad entrena y forma la personalidad. Supone un esfuerzo que va dotando a la persona de solidez en la voluntad y de una sensación de posesión y dominio de si mismo, que, a su vez, es fuente de profunda paz y alegría. Los jóvenes castos, normalmente son más constantes en el trabajo y en el estudio, tienen más ilusiones, son más idealistas.
El que la castidad prematrimonial sea perjudicial a la salud es imposible, es ya un mito descartado hace tiempo por la ciencia médica y psicológica, y algo en que solo tratan de creer los que buscan una excusa para no ser Castos.
La castidad protege vuestro futuro amor. Los jóvenes que han sabido estar a la altura de su deber son los que sabrán después estar a la altura de su amor. El amor conyugal les va a exigir entrega, generosidad y sacrificio, y ellos ya traen un buen entrenamiento en todo esto. Además, el mejor regalo que podréis haceros unos esposos, es el de un cuerpo y un alma íntegros.

La castidad juvenil es un esfuerzo. Pero es un esfuerzo que lleva consigo una recompensa Inmensa. Un esfuerzo que va reforzando y madurando tu personalidad. Un esfuerzo que te está haciendo todo un hombre y toda una mujer.
Es un esfuerzo que lleva consigo una profunda alegría. Un esfuerzo que comprenden y practican los que saben qué es el amor.
Nada tiene de particular que sientas fuertemente la pasión de la lujuria. Lo que no puedes permitir es que sea ella quien te domine. Todo en este mundo tiene su tiempo y su medida. A los animales los regula el Instinto: fuera de los períodos de celo tienen frigidez absoluta. Como no tienen inteligencia, Dios ha regulado su reproducción con una ley fisiológica. Pero como el hombre es un ser racional, Dios no ha querido sujetar esta Importante función a leyes puramente fisiológicas, sino que ha dejado en esto el Influjo de la libertad. El hombre debe gobernar esta tendencia con la razón y la voluntad. Dios fiándose del hombre ha dejado en sus manos el instinto sexual, marcándole con las barreras Infranqueables de su Ley el único camino lícito para el ejercicio de su función reproductora: el matrimonio.

EL INSTINTO SEXUAL
El Instinto sexual es tan fuerte que necesita una ley que lo encauce. Lo mismo que es necesario una ley que controle la energía atómica. Esta ley es un beneficio de Dios en bien de la humanidad.
Dios ha dado al hombre unas energías que le hacen capaz de transmitir la vida. Pero la transmisión de la vida es un acto importantísimo, y lo ha regulado con leyes Inquebrantables.
Dios ha querido que la transmisión de la vida humana se realice por la unión los dos esposos de modo que el marido derrame dentro del cuerpo de su mujer las semillas de la vida que han de germinar en un nuevo ser, si se encuentran el organismo de ella preparado con un óvulo reciente.

Este acto sexual, realizado dentro del matrimonio, conforme a la ley de Dios, no tiene nada de malo. Todo lo contrario. Puesto según la ley de Dios es meritorio; pues es cumplir una ley puesta por Dios. Y el placer que Dios ofrece como aliciente al cumplimiento del fundamental deber conyugal, es lícito y bueno y está santificado por Jesucristo que elevó el matrimonio a la dignidad de Sacramento.

Para que el género humano no se acabe es necesario que sigan naciendo niños. El acto, pues, de la generación es un acto necesario en el matrimonio, instituido por Dios para la perpetuidad de la especie humana. Esta misión perpetuadora del matrimonio, en cuanto a la crianza y educación de los hijos, lleva consigo gran esfuerzo y sacrificio. Para que el hombre no rehuyera este sacrificio y se garantizare la conservación del género humano, Dios Imprimió en el hombre y en la mujer un impulso o instinto que les moviera a amarse y a unirse en el matrimonio. Y en el acto conyugal Dios ha puesto un placer proporcional a las cargas que de él se van a seguir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

toda esta refleccion me parece maravillosa!!! es una manera muy simple de explicar a los adolecentes y atodos en general que es la castidad. Muchas gracias!!

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