lunes, 29 de junio de 2009

Anencefalia un caso real


Recopilado por: Dra Martha Mogrovejo
policlinicosagradafamilia@yahoo.com

"Han pasado varios meses desde que mi pequeño dejo de danzar en mi pancita y hacerme sentir contenta en cada ecografía. Aun siento mucha pena, los médicos dicen que estoy en etapa de duelo, no hay DIA en que no extrañe a mi bebe, encontré esta pagina y creo que es de gran ayuda para mamitas a quienes les toque enfrentar esta situación, vi fotos de los bebes y pensé que había elegido el camino mas difícil pero el mas hermoso y que sin duda me hizo crecer, valorar aun mas la vida.

Mis primeras semanas de embarazo fueron complicadas me sentía pésimo, no paraba de vomitar y tener nauseas, baje de peso inclusive tuve algunos sangramientos esporádicos; pero estaba feliz. Mi esposo y mi niña también.
En abril 12 del 2005 me efectué un ultrasonido, mi esposo y yo estábamos muy ilusionados porque queríamos ver como estaba, cuanto había crecido. El diagnostico fue devastador tenia un feto anencefalico, el medico fue claro en el pronostico de vida no quería dar mucho detalle, yo me sentía perdida y le insistí por respuestas mas claras, el accedió y me explico que mi bebe no tenia calota, era probable falleciera en mi vientre o bien llegaría a termino pero de todas maneras no se quedaría conmigo.

Mi esposo busco en Internet información, es que uno no quiere creer que el bebe que haz esperado y que amas mucho va a morir. Al DIA siguiente fui a 3 médicos mas y el diagnostico fue el mismo, quería desaparecer y me acorde de Dios, le reclame, le grite, me enoje con el; es que difícilmente podía rezar y ponerme en sus manos, solo sentía dolor, como le explicas a una hija de 4 años que su hermanito no va a vivir, ¿como explicas a una familia que el bebe esta mal?.

Ese mismo DIA le dije a Rodrigo mi marido, que nuestro bebe iba a nacer, que merecía el mismo amor que su hermanita, que le esperaríamos y le protegeríamos por el tiempo que él quisiera quedarse, no importando su aspecto, no importando la opinión del resto y que le llamaríamos Sebastián. Él me abrazo y apoyo siempre.

Tal vez mi entorno familiar no fue del todo acogedor, hubo muchos momentos en que me sentí como si el niño que llevaba en mi vientre fuera un fenómeno, ellos podrán sentir que no fue así, pero lo fue; algunos solo pensaron en como se sentían ellos, y yo ¿Cómo me sentía yo? Hasta hoy es un conflicto no resuelto, es algo que nos alejo, ellos no van a ver a mi hijo, ellos olvidaron a Sebastián.

Yo continué con el embarazo apoyada por mi medico y mi esposo, Sebastián tubo su lugar en cada lugar en el que estuve; en mi trabajo, en el Instituto donde ingrese a estudiar en junio del mismo año. Con el en mi pancita sentí que podía continuar, estaba protegida por su fuerza, se movía bastante. En cada ultrasonido tenia algo nuevo que mostrarnos, sus manos moviéndose, sus dedos en su boca, sus ganas de vivir y seguir con nosotros; yo sentía pena cuando miraba a otras mamas tan contentas, pero se me pasaba al ver a Sebastián vivo y creciendo.

Tengo el registro de cada ultrasonido no los he visto desde que falleció y eso sucedió en Septiembre 6 del 2005, fue una cesárea tenia 38 semanas de embarazo y estaba con constantes contracciones, habíamos decidido ver a nuestro niño y disfrutarlo hasta el final. Ese DIA había un sol precioso antes de irnos a la clínica Rodrigo me tomo fotos con la pancita descubierta, yo sonreía pero en el fondo sentía una gran tristeza, no sabia si tendría la fuerza para dejarlo ir.

Mientras esperábamos a que llegase la hora de ir a pabellón trate de no pensar y seguir conversándole a mi niño, acariciándolo y pidiéndole me ayudara a ser tan valiente como el, al entrar a pabellón me sentí angustiada y sinceramente no quería que lo sacaran , a las 16.15 escuche su llanto, el medico me lo entrego, era el niño mas lindo a pesar de su cabecita abierta, tenia unos ojos fijos enormes, movía sus manos y pies, hacia lo posible por respirar, en ese minuto lo bautizamos yo le di la bienvenida lo bese y toque , el pediatra se lo llevo para revisarlo y su papa se fue con el. Yo no podía parar de llorar, escuchaba el llanto de Sebastián tan fuerte y trataba de explicarme porque había sucedido todo esto, mientras mi medico y la matrona me daban animo y me decían que ahora no habían respuestas pero que yo y Sebastián éramos valientes, que lo escuchara porque él estaba ahí por mi.

Me llevaron a mi niño vestido de blanco, el gorrito le quedo muy grande y le colocaron un apósito haciendo la forma de su cabecita, mi niño peso 2 k. 300gr. Y midió 48 cms. Tenia unas manos con dedos largos, unos pies enormes, una pancita gordita y se esforzaba por vivir, yo lo tome en mis brazos pero me tenia impresionada el color amoratado de su piel, el ,medico me explico que por su patología no podían colocarle oxigeno, pero que estaba bien y si quería estar con mi niño en la habitación?, obviamente que si quería, cuando estuvimos juntitos lo bese, le hice cariño, converse con el le dije que lo amaba mucho, que me había hecho muy feliz y que tenerlo había sido mi mejor decisión.

Sus tías le tomaron en brazos, también le tomaron 3 fotografías, a las 20.00 hrs. Se apago su respiración, yo sentí como si dentro de mi se hubiera cortado un lazo, cerré sus ojos y lo bese mucho, le dije que esos besos eran para que me recordara y que no me echara de menos porque su abuelo le estaba esperando con los brazos abiertos en el cielo y que el le iba a cuidar su sueño, entregue mi bebe a cada uno de mis familiares presentes en ese minuto para que se despidieran de el, luego me lo entregaron yo no quería apartarme de el, habíamos estado juntos durante tanto tiempo, hasta que mi esposo me lo pidió para dejarlo en su cunita y que se lo llevaran.

El DIA viernes antes de salir de la clínica entramos con Rodrigo a neonatología para terminar de vestir a nuestro bebe, mas resignada descubrí su cabecita, observe la abertura y su cerebro, me quede con el gorrito manchado con sangre y liquido cefalorraquídeo y le puse dos gorritos uno formando su cabecita y otro cubriéndola, coloque su medallita, le abrace, acaricie y lo envolví en su mantita blanca y salí de ahí con mis brazos vacíos.
Ese mismo DIA le sepultamos quedo a los pies de su abuelo, llovía como nunca, era un DIA triste, su papa lo cargo hasta llegar a la tumba, se durmió en los brazos de mi padre, el lo besara y cuidara que nadie le despierte.
Sebastián me demostró que es posible sentir, no es necesario tener cerebro con el alma es suficiente y que vale la pena vivirlo.
A mi niño amado, tu mamita que te ama".
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