martes, 27 de noviembre de 2018

Los laicos y su misión educativa en la sociedad

Los laicos y su misión educativa en la sociedad
Resultado de imagen para educaciónPor: Pavlusha K. Luyando Joo
Lima-Perú

Los laicos somos parte fundamental de la iglesia. Por nuestra misma realidad en que vivimos, estamos inmersos en los problemas cotidianos de la sociedad, saboreamos el cada día e incluso; de alguna forma sabemos cuales son los problemas mas importantes de nuestro entorno, sobre todo los que conciernen a nuestra vida de familia, del barrio, del distrito o de nuestra ciudad.

Los laicos tenemos un papel importante dentro de la sociedad porque somos nosotros los que elegimos a nuestros gobernantes, al alcalde de turno, los que opinamos y participamos en la organizaciones barriales o distritales y algunos incluso participan en la vida política.
Pero que importante es que el laico que participe en la Iglesia, se preocupe también por su preparación en cuanto a los problemas cotidianos, sobre todo los que conciernen a la coyuntura actual.

La amenaza que se cierne sobre nuestro país, de personas que promueven e intentan implantar la cultura de la muerte; es decir del aborto, la ideología de género, hace necesario que en la sociedad actual existan personas con un buen conocimiento de lo que pasa en la realidad social y sobre todo que también estén preparados en cuanto a los temas de Fe, factor clave para promover la cultura de la vida.
En la medica que los laicos vivamos con radicalidad nuestros compromisos de nuestra labor en nuestros apostolados en la iglesia; así también se comunicarán las riquezas de nuestra vocación.

La labor como laicos es crucial, porque como habíamos dicho, estamos en constante diálogo con la sociedad, con la cultura circundante. Por ello, a partir de allí tenemos la misión de interpelar lo que haya que interpelar, defender lo que haya que defender; y sobre todo orientar a los que lo necesitan.

Cuantas personas de nuestro alrededor pueden ser contagiadas por nuestra Fe y entusiasmo, cuantos jóvenes podrían reorientar el desorden de sus vidas con una sola conversación. Podemos de esta forma sembrar para ver frutos en el futuro, en cuanto al surgimiento de una sociedad con valores en el futuro. Pero para eso se necesita trabajo de hormiga, el uno a uno cotidiano; sobre todo empezando por la familia en casa; célula básica de la sociedad.

Las nuevas generaciones de jóvenes viven en la actualidad una terrible desorientación cultural que corre el riesgo de frustrar de alguna forma la necesidad de encontrar la verdad.
El laico debe decidirse promocionar una espiritualidad práctica, capaz de educar en los diversos ambientes donde se forma la persona humana. La labor del laico es fomentar lazos humanos y espirituales donde se encuentre.
El compromiso es transparentar lo valores esenciales que busca el hombre: autenticidad, fortaleza, honradez, amor y fidelidad coherencia y plenitud de vida.
Cuando más auténtico y profundo sea el compromiso del laico, tanto más posible será capaz de captar la necesidad del prójimo y de su apostolado.

Pero esta autenticidad y compromiso solo puede encontrar la fuente en la oración y contemplación, ya que desde allí puede ver las cosas desde la perspectiva de Dios.
Cuando la oración y contemplación están ausentes, la mirada es muy superficial y puede ser arrastrado al activismo; un riesgo que muchas veces disminuye el impacto del apostolado del laico, diluyéndolo en quehaceres secundarios a costa de lo importante.

La presencia de un laico comprometido y con una mirada contemplativa, tiene esa virtud de contagiar y educar incluso con solo su actuar, ya que el fruto lo ha recogido de la escucha del silencio, lugar donde se escucha la voz de Dios mejor.

Así el laico contribuye a orientar en el seno familiar a los hijos y familiares, a través de su testimonio de vida. Hecho importantísimo en una sociedad, en donde cada vez más el hombre sin conocimiento de Dios se empecina a aferrarse a lo temporal al egoísmo y banalidad.
Una vida basada teniendo a Dios como centro, es el mejor ejemplo que puede dar un laico.
Las relaciones humanas son de alguna forma relaciones educativas y pueden servir para transformar la sociedad a partir de lo más elemental que puede ser una relación humana; hasta arrastrar con el ejemplo a muchos.

Cuando el plan original de Dios se ve entorpecido en las conciencias, la sociedad, una nación recibe un daño incalculable. La sociedad se degrada, sobre todo si la semilla no se ha cultivado desde la familia.
Una nación cuyos líderes se han dejado arrastrar por el egoísmo e inmoralidad, no solo es un signo de que la persona no quiso hacer el bien en la tarea que Dios le encargó; sino también, es un signo de que no se sembró en el periodo de formación del individuo.


Nuestra tarea de laicos es el compromiso para cambiar la sociedad con los valores y la Fe cristianas.
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