miércoles, 28 de noviembre de 2012

EL VERDADERO CAMINO DEL HOMBRE

EL VERDADERO CAMINO DEL HOMBRE

Por: Pavlusha K. Luyando

En primera instancia somos terrenales, pero el camino que se nos exige es llegar a lo espiritual. Existe sin lugar a dudas un camino obligado si se trata de progresar como seres humanos. La perseverancia; así como saber escoger el buen camino son las claves para ello.

Este camino radica en el cambio de conducta, buscar la virtud para agradar a Dios debe ser nuestro objetivo a través de una vida basada en tener la conciencia tranquila.

El valor agregado que se gana de ello, es que; posibilita una vida más sosegada con verdadera paz interior. En otras palabras se llega a la felicidad tan anhelada. Si bien es cierto que las tempestades de la vida seguirán, interiormente uno se conservara en paz.

Lo que comúnmente llamamos Depresión y ansiedad es esa ruptura espiritual que ocurre cuando la fatalidad y la vida son concebidas en desesperanza completa, es decir la persona asume que no hay ninguna salida a su problemática existencial. Periodos así pueden perpetuarse si solo se recurre a la propia fuerza de voluntad para salir de ello. Es necesario sin lugar a dudas volver a la verdadera fuente que posibilita salir de la oscuridad del psiquismo: Dios

Lo más interesante de ello es que para obtener luz y la ayuda espiritual del altísimo, lo único que hay que hacer es querer y pedir. Lamentablemente la soberbia, la falta de formación de la conciencia o estar embebido de ideologías ateas, socavan esta posibilidad. El rechazo la religión, a los sacramentos (en el caso de nosotros los católicos), sobre todo el de la confesión y la Eucaristía hacen que el individuo pierda la posibilidad de sanarse interiormente de forma verdadera.

Creo que no es exagerado repetir lo que nos decía un amigo sacerdote: “si las personas se confesaran regularmente“ no habrían tantas depresiones y se reducirían considerablemente el número de enfermedades mentales.

Desde un punto objetivo, la ventaja que tiene el catolicismo de otras confesiones religiosas, es que tiene absolutamente todas las herramientas para desarrollar de forma completa la dimensión espiritual, no porque el que escribe estas líneas sea católico; sino más bien porque racionalmente hablando; la coherencia histórica, filosófica y doctrinal del catolicismo es muy objetiva. En el trayecto hacia mi conversión esa coherencia fue decisiva.

Si reflexionamos acerca de la Verdad de forma honesta y somos coherentes con el resultado de esta reflexión, llegamos a entender porque la doctrina católica aventaja al resto de ofertas religiosas existentes.

La espiritualidad no es otra cosa que ir hacia Dios, acercarse más a él. El ser humano que no mira alto, que no se preocupa por crecer cotidianamente, es decir el que no se esmera por encontrar a Dios; termina en un sin-sentido espiritual.

Es menester que en nuestros hogares procuremos incentivar el desarrollo de la dimensión espiritual, pues el resultado de ello conllevará a que desde el seno de la familia surjan individuos con visión de esperanza, fortaleza, dominio se sí, solidarios, pacíficos, personas con espíritu de sacrificio; es decir individuos buenos que construirán una nación más justas y con verdadero sentido social.

El convertirse en verdadero ser humano amerita esfuerzos para desarrollar virtudes que nos llevaran más cerca de la realidad espiritual.

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