viernes, 18 de mayo de 2012

EL ENFRIAMIENTO DE LA FE

EL ENFRIAMIENTO DE LA FE
Por: Pavlusha Luyando Joo
Lima-Perú

La persona que tiene el honor de comunicar a las almas la enseñanza divina, deber ser consciente de que es solo un modesto canal que necesita de la gracia de Dios para hacer obras. El que desconociera estos principios y creyera que puede producir el menor vestigio de vida sobrenatural sin tomarla totalmente de Jesús, daría lugar a pensar que su ignorancia teológica solo se igual a su necia suficiencia.

Si se deja de incrementar la sed de vivir en Jesús, si no se tiene el mínimo de recogimiento en el transcurso de las ocupaciones diarias, viene primero la tibieza, los pecados veniales empiezan a sobreabundar, para luego acabar con penosas caídas.

La Eucaristía, la oración, el recogimiento; la guarda de nuestros sentidos; es decir la vida espiritual es lo único que nos puede defender de toda clase de inclinación deshonesta. “Con todo cuidado guarda tu corazón porque de él brotan las fuentes de agua viva” (Prov 4,23).

Una de las causas del “enfriamiento espiritual”, es el dejarse imbuir en las ocupaciones dejando de lado la vida espiritual. Al dejar la vida espiritual se empieza a olvidar que el plan de la redención se funda en Jesús, por Jesús. Relegar este principio hace que las obras del apóstol pierdan el sentido verdadero., que es la salvación de las almas”.

Estas personas que no tienen vida interior, tienden a hablar de sus “proezas apostólicas”, como si fueran todopoderosos y que no se pudiera prescindir de su colaboración. De esta forma numeroso fieles laicos y aún sacerdotes y religiosos, llegan por el culto de la acción, hasta convertirla en una especie de dogma que inspira sus actos y los induce a entregarse a una vida fuera de si.

Esta es la causa del porque individuos que al comienzo se caracterizaban por su profunda piedad, al dejar el recogimiento por no permitirse un tiempo para la vida de oración, empiezan a perder todo rasgo de humildad, y son presa fácil de la soberbia y del error.

¿Esta podría ser la causa acaso de actitudes de hombres de la Iglesia que empiezan a defender ideas muy lejanas a los principios católicos? De hecho la desobediencia ante la autoridad eclesial, el apoyo en el escándalo, llenarse de ocupaciones dejando la vida interior no son agradables a los ojos de Dios.

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