Hipertrofia intelectual, indigencia moral
Por: Pavlusha K. Luyando Joo
luyandojoo@yahoo.com
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En los últimos tiempos, estamos
siendo testigos de una creciente ola de profesionales que egresan de distintos
antros universitarios, muchos de ellos han realizado maestrías, doctorados, PhDs
y diversos títulos, obtenidos en el país, o en prestigiosas universidades del
extranjero, que engrosan su hoja de vida. Son, de hecho; una élite de profesionales
del más alto rango intelectual y son los escogidos para ocupar altos puestos
públicos en ministerios, poder judicial, congreso, o cargos en diversos directorios
importantes del país, muchos logran situarse en puestos con capacidad de influencia
en la dirección de los destinos del país.
Lamentablemente, una parte de este
séquito privilegiado de profesionales, pareciera que han hipertrofiado el
intelecto a costa del discernimiento moral.
Esto explicaría porqué ciertos personajes de este rango, publicitan, se
afanan; y procuran utilizar el poder político para legalizar una serie de
barbaridades, que van contra el derecho, la dignidad y los valores más básicos
de la persona.
Muchos de ellos, procuran
copiar (muchas veces replican exactamente igual) diversidad de leyes de países
del primer mundo, como si tuvieran una especie de fascinación por querer igualar
a como dé lugar a otras realidades, no se sabe si por un tema de autoestima, o falta
de discernimiento moral; o simplemente porque la corriente moderna obliga a hacerlo.
El hecho es que quieren
copiarlo todo sin que pase por el filtro del juicio crítico, no consideran los
valores, la historia, la cultura de la nación; ni mucho menos el sentido común.
Es una generación de
profesionales que carecen de la capacidad de discernimiento entre el bien y el
mal. Lo paradójico del asunto, es que desde el “punto de vista técnico”, son
los mejores.
De esta forma hemos visto como han
conseguido legalizar el aborto mal llamado “terapéutico”, textos de escuela que
pretenden enseñar a través de la ideología de género que la dimensión biológica
del ser humano, no se debe tomar en cuenta y que el género es una creación cultural.
Seguramente, también pretenderán
legalizar las drogas, la eutanasia, el infanticidio, la pederastia, la
zoofilia. Es lógico pensar ello; porque en algunos países del primer mundo lo
han hecho, y según la mentalidad de estos “privilegiados profesionales”,
debemos copiar, porque si no “somos una nación de atrasados”.
Cuando se generan políticas para
direccionar un país, es importante medir el impacto moral que va tener sobre un
país.
El futuro de un país se mide
también por el nivel moral, de su fortaleza cívica de sus individuos, la forma
de cohesión de estos a través de la cultura, de la estructura familiar, de los
valores de los jóvenes, se mide también por el grado de violencia en las
calles, por el impacto de los medios de comunicación y el tipo de programas que
se difunde para el bien de la sociedad, el tipo de prensa que se consume y se
propaga. Todos estos son indicadores que de alguna forma nos permiten sacar
ciertas conclusiones de cómo estamos y hacia dónde vamos.
Cuando uno de esto individuos encaramados
en las altas esferas del poder, procura legalizar o difundir inmoralidades, preguntémonos
primero si esta persona está enferma; enferma del espíritu.