Por: Dr Pavlusha Luyando Joo
luyandojoo@yahoo.com
Lima- Perù
Todos reconocemos que los seres humanos somos diferentes y superiores al resto de otros seres vivos de la creación.
Sin embargo en la actualidad esta diferencia no se deja ver tan claramente, sobre todo en los medios masivos de comunicación. Suele ocurrir que mas importancia se presta a hablar sobre los derechos de los animales; que los derechos del hombre.
Se pretende demostrar que el hombre no es mas que un mono un poco mas evolucionado, pero que no tiene diferencias básicas con el resto de los animales, y esto es peligroso ya que estaríamos equivocando la verdadera esencia del objetivo primordial: Dignificar al ser humano, base fundamenta para crear una sociedad mejor.
De otro lado, también se podría cometer el terrible error de pensar que nuestra forma de vivir e interactuar no debería ser distinta a la de los animales.
Parece que existe la tendencia de tratar de humanizar a los animales: se crean hoteles para perros, supermercados con grandes stands de comidas para canes y gatos (muy vitaminizadas por cierto); lociones, peluquerías; en fin todo, para que estos animalitos se sientan muy bien (¿?).
Este tipo de hechos es más marcado en los países desarrollados, al parecer por su sobreabundancia que hace que no se tome mucha atención a temas como el hambre y la miseria.
En el tercer mundo esto se evidencia en las zonas de mayor prosperidad económica; como las ciudades grandes.
Esto no es para el asombro: copiamos todo lo que el mundo desarrollado hace. Las carencias reflexivas no nos hacen dar cuenta; que no todo lo que el primer mundo hace o crea; es bueno.
La realidad nos demuestra que la sociedad esta decadente en valores: pobreza moral terrible, violencia juvenil en aumento en el mundo y en muchos países incontrolable, la alcoholización de los jóvenes, la adicción a las drogas -que tienen que ver con los hogares destruidos por el divorcio-, legalización del aborto sin reflexionar si se asesina a una persona; sociedades al “liberales” permisivas a absolutamente todo, sin siquiera cuestionarse si eso es benéfico o no para la persona.
En el mundo de hoy la gente se muere del hambre; hay miseria al lado de nuestras casas la gente muere de pena por no haber recibido un palabra de solidaridad; etc, etc. En otras palabras se ha dejado de considerar al ser humano como el objetivo principal.
La verdadera miseria existente es la miseria espiritual, lo que genera carencia de puntos referenciales y de una dirección que nos señale hacia donde debemos seguir para ser mejores seres humanos; para vivir mejor.
Por ello, es necesario reconocer el verdadero objetivo, alimentar nuestra capacidad de reflexion en la meditación diaria. Hacerse la pregunta todos los días: ¿Qué está en primer lugar, esto o lo otro? Y si eres creyente: ¿Qué es lo que mas le agradaría a Dios?
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